Viernes 26 de febrero.
20:30 h. en Círculo Amistad Numancia
Ignasi Terraza. Piano
Ignasi Terraza comienza sus estudios de piano clásico poco después de perder la vista, a los nueve años, y pronto se interesa por el jazz escuchando la música de
Tete Montoliu. A los 18 años empieza a tocar, en solitario o junto a otros músicos, por clubes y en los años siguientes recorre los escenarios de Cataluña con diversas formaciones estables. El año 1986 crea su primer trío con
Pau Bombardó en la batería y
Nono Fernández en el contrabajo. En el año 1990 se adhiere al trío el guitarrista norteamericano
Dave Mitchell y bajo el nombre de
Mitchell-Terraza Quartet el grupo actúa por todo el estado, gana el primer premio del
Festival Internacional de Guetxo (1991) y publica dos discos. Con este grupo
Terraza obtiene una gran proyección nacional. Otra figura con quien mantendrá una larga relación profesional es
Oriol Bordas. Su primera colaboración empieza con
Hot Swing (1985-88), continúa con la
Paris - Barcelona Swing Connection (1995), el cuarteto internacional
Four Kats (premio al mejor disco de jazz de 1996 por la emisora Radio4) y la Barcelona Jazz Orquestra (1997-2000).
Con motivo de un concierto realizado en homenaje a
Tete Montoliu en el año 1997 la Universidad Complutense de Madrid otorgó a
Ignasi Terraza el premio a la trayectoria más importante de pianistas de jazz.
A finales del 99
Ignasi Terraza presenta en el
Teatreneu de Barcelona el espectáculo
Jazz a les Fosques, una serie de conciertos donde se nos invita a escuchar su música en una oscuridad total con el fin de experimentar nuevas sensaciones. La propuesta tiene muy buena acogida tanto de público como de crítica y el grupo se mantiene en la cartelera actuando a diario durante tres meses.
Su predilección por la formación de trío, no impide que podamos ver a
Ignasi Terraza también en otras formaciones, en piano solo, acompañando a cantantes o a otras figuras y en la base de la resurgida
big band Barcelona Jazz Orquestra. Desde el 2003 imparte clases de piano jazz en la Escuela Superior de Música de Catalunya.
En los últimos años el trío de
Ignasi Terraza está teniendo una creciente proyección internacional actuando en festivales de Francia, Portugal, Suiza y recientemente en gira por Asia
En 2003 la revista
Jazzhot destacó la actuación en piano solo de
Ignasi Terraza como uno de los mejores momentos del festival de
Baiona Jazz aux rempars 2003.
En 2005 el festival de Soto del Real otorga el premio a la mejor actuación del festival 2004 al
Ignasi Terraza trío.
En 2006
Ignasi Terraza recibe el premio
Altaveu por su disco
In a sentimental groove, en el que el pianista ha sabido convertir en
swing piezas de la tradición musical catalana y al mismo tiempo ha concedido una identidad propia, fresca y mediterránea al lenguaje universal del jazz.”
En 2007 la revista
Jaç selecciona el disco
In a sentimental groove como mejor disco de jazz del 2006.
Enlaces y referenciashttp://www.ignasiterraza.com/http://www.apoloybaco.com/ignasiterrazabiografia.htmhttp://www.myspace.com/ignasiterrazahttp://es.wikipedia.org/wiki/Ignasi_Terrazahttp://www.atiza.com/grupo.php?Grupo=IGNASITERRAZATRIO
What is this thing called swing?Parafraseando el popular estándar de
Cole Porter podríamos preguntarnos qué diablos es eso del
swing. Mucho se ha escrito sobre ello, pero es más fácil sentirlo que explicarlo. Cuando la música hace chasquear los dedos o nos arrastra a seguir el ritmo con los pies ¡esa música tiene swing! En los comienzos del jazz el swing fue un hallazgo imprescindible.
It don ́t mean a thing (If it ain't got that swing) era toda una declaración de principios de la orquesta de
Duke Ellington, mil veces versioneada. Pero antes de
Duke la fuerza expresiva de las cornetas y trompetas de los sucesivos pioneros del j
azz Buddy Bolden, Freddie Keppard, King Oliver y
Louis Armstrong configuraron buena parte del lenguaje jazzístico.
El aire sacado directamente de las tripas -estando en contacto directo cuerpo e instrumento- y la imaginación desbordante que unía creación e improvisación en el mismo gesto dieron lugar a una nueva era musical, definida por la expresividad fuertemente emotiva de raíz africana. Esto podía ocurrir en las bandas callejeras, donde se requerían instrumentos que sonasen fuerte, antes de que existiera la amplificación eléctrica, y antes de la entronización del saxofón. Pero además en los clubs, lupanares y salones otro instrumento radicalmente diferente, de infinitas armonías, no portátil, tocado con martillos alejados de los dedos y recubiertos de lana, marcaba el ritmo, además de frasear e improvisar a partir de la melodía.
Ese piano heredaba del estilo
ragtime de
Scott Joplin el ritmo sincopado, transformándolo en un
swing más sutil, pero no menos trepidante.
Jelly Roll Morton fue un pianista de Nueva Orleans que se presentaba a sí mismo como el inventor del jazz, si bien el jazz no lo inventó nadie en particular.
Apenas unos años después James
P.
Johnson en Nueva York fue de los responsables de esa transición del piano al estilo
stride, plenamente jazzistico.
Fletcher Henderson, también en Nueva York, es uno de los precursores de la saga de pianistas/arreglistas que dirigieron grandes orquestas. Este instrumento siguió evolucionando dentro del jazz y muchos pianistas crearon su propio estilo reconocible. La simpatía de
Fats Waller, el virtuosismo de
Art Tatum o la vitalidad de
Errol Garner han dejado su impronta en grabaciones históricas.
En el jazz moderno el
swing sigue presente, pero con frecuencia es menos evidente, como queriendo dejar su hueco a otras manifestaciones expresivas que han ido madurando. Las armonías complejas de
Thelonious Monk le otorgan un lugar único e inclasificable, al igual que se destaca en
Ahmad Jamal su estilo brillante y poderoso, por citar sólo unos pocos ejemplos. Algunos pianistas tuvieron una dilatada carrera y fueron popularmente aceptados durante décadas, como
Duke Ellington, que se reinventó continuamente, consciente de la importancia del nuevo arte en cuya creación tenía un papel relevante. Por el contrario
Count Basie fue siempre fiel a su
swing único, hecho tanto con sonidos como con silencios. Como pianistas de jazz que lo han reunido todo, clásico y moderno, aceptación popular y virtuosismo a raudales como para hacer fácil lo difícil, destacaríamos a
Oscar Peterson y, en España, a
Tete Montoliu. De esta misma estirpe es
Ignasi Terraza, un pianista que hace de la música una celebración y en el que la técnica no es sino una herramienta imperceptible que dice mucho, liviano y feliz. Queríamos traer a un jazzman de su talla y escucharlo en solitario y en acústico en el mítico piano* del
Círculo Amistad Numancia (“El Casino”), aquél en el que
Gerardo Diego tocaba, allá por 1921, una hermosa música bastante diferente de la que se estaba gestando al otro lado del Atlántico.
*se trata de un piano
Steinway et sons, de gran cola, que fue el primero de España. Costó 7.500 pesetas de 1886, dejando exhaustas las arcas del Casino durante varios años.
http://www.circuloamistadnumancia.es/